Texto de Mujer Audiovisual | Fotos de Pao Marzano
En una noche cargada de expectativas y emoción, el aclamado tour «Autopoiética» de Mon Laferte aterrizó en Lima el pasado 16 de abril, dejando una huella imborrable en los corazones de todos sus fans, quienes no solo disfrutaron de sus ya conocidos éxitos, sino que también pudieron sumergirse en su nuevo álbum.
El lugar elegido para el concierto fue el Costa 21, donde entre la neblina y la fría brisa marina, se veía un mar de gente con rosas de todos los colores. Una corriente de humo dirigió la atención hacia el escenario, donde un conjunto de pantallas daba la ilusión de formar un cuadro. Una estatua de una mujer recostada en su brazo colgaba fuera del marco, y la percusionista se posicionaba para el show antes del resto de la banda. En las pantallas apareció una secuencia de imágenes mientras comenzaba la introducción de su primera canción “Tenochtitlán”, cuando súbitamente un breve apagón en el escenario anunció la entrada de Mon.
Todo el público la aclamó apenas la vio. Su voz resonó en el espacio, envolviendo a la audiencia en un aura de melancolía y pasión. Desde los primeros acordes, quedó claro que este no sería un concierto ordinario; era un viaje introspectivo a través de la música y las emociones más profundas. Pasando por «Te juro que volveré», «NO+SAD», y «Metamorfosis», nuestro país no fue la excepción de continuar la tradición de la canción “Autopoiética”. Un grupo de fans fue seleccionado por el staff de la cantante chilena para subirse al escenario y desfilar con ella por la pasarela, luciendo y modelando los outfits más destacables de la noche.
Después de un pequeño intermedio, la noche dio un giro sorpresivo: la icónica cantante peruana Eva Ayllón hizo su entrada triunfal al escenario, acompañada de Mon Laferte, en un momento que dejó a la audiencia sin aliento. La emoción alcanzó su punto máximo cuando ambas artistas comenzaron a entonar el clásico vals peruano «Regresa», desatando una ola de alegría entre los presentes quienes corearon junto a ellas toda la canción. Para muchos, fue una revelación inesperada, un encuentro de dos leyendas de la música que trascendió fronteras y generaciones. Mon, visiblemente emocionada, expresó su total admiración por Eva, calificándola como una verdadera leyenda y confesando su amor por sus canciones, en un gesto que resonó en el corazón de todos los peruanos y que quedará grabado en la memoria de todos los presentes como un momento único e inolvidable.
En definitiva, el concierto de Mon Laferte en Perú fue mucho más que un evento musical; fue una experiencia transformadora que nos hizo pasar del desamor al empoderamiento. Con esta gira, Mon busca romper estereotipos y fomentar un mensaje de libertad, no solo al explicitarlo en sus letras, sino también al demostrarlo y reforzarlo en el escenario. Desde el hecho inusual de tener bailarines únicamente hombres y no necesariamente jóvenes, hasta el hablar sin filtros y abiertamente sobre la autonomía de la mujer.
A través de su último álbum, Mon demostró ser mucho más que una intérprete de baladas; es una artista que desafía los límites del género y se sumerge en una variedad de estilos y ritmos musicales con facilidad y maestría. Desde ritmos folclóricos hasta pop alternativo y salsa, explorar nuevas sonoridades la posiciona como una de las artistas más versátiles y emocionantes en la escena musical contemporánea, dejando claro que su talento trasciende fronteras y expectativas, y que su influencia seguirá resonando en la industria musical durante mucho tiempo.
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