Bareto y Nero Lvigi llevan la cumbia a las calles de Lima con su nuevo sencillo “Perro Calato»

Las ciudades tienen su propio ritmo. Hay esquinas donde la música resuena con la misma intensidad que el tráfico, donde las historias se escriben en los muros y en las miradas de quienes transitan sin rumbo fijo. «Perro Calato», el nuevo sencillo de Bareto junto a Nero Lvigi, es una de esas historias. Una cumbia con ADN callejero, que avanza con el ritmo inquieto de un perro sin dueño, explorando lo urbano con la mirada afilada de quien ha aprendido a sobrevivir.

Esta canción es el segundo adelanto del próximo álbum de Bareto y, en muchos sentidos, también un salto hacia nuevos terrenos. La base cumbiera sigue intacta, pero ahora se filtran el reggae, los scratches de DJ Praxx y el rap de Nero Lvigi, que aporta un flow afilado y preciso. Hay algo de nostalgia en esta pieza, pues su germen se remonta a 2015, cuando Joaquín Mariátegui improvisaba el coro en reuniones de ensayo. Con el tiempo, aquella idea tomó forma y se convirtió en un himno a la resiliencia, envuelto en una armonía renovada que rinde tributo a la cumbia villera.

La producción ha sido un proceso largo, con paradas en diferentes manos expertas. Lufo Armestar estuvo a cargo de la mezcla en La Comarca Estudio, mientras que la masterización quedó en las manos de Aldo Gilardi en Hitmakers Studio. El arte de la portada es obra de Conrad, y el videoclip fue dirigido por Sebastián Kouri, quien tradujo en imágenes la esencia de esta fusión.

Para Bareto, este lanzamiento es un punto de quiebre. La cumbia sigue siendo el hilo conductor, pero la apertura a nuevas sonoridades trae consigo una energía distinta. La colaboración con Nero Lvigi no es un mero agregado, sino un elemento clave que expande el sonido del grupo hacia el terreno del hip hop y la música urbana. Este cruce de caminos no solo es un experimento, sino una exploración genuina de los sonidos que hoy laten en la ciudad.

Bareto sigue moviéndose, sin miedo a perderse. «Perro Calato» es la prueba de que el cambio es parte del instinto. La banda no se aferra a fórmulas, sino que prefiere dejarse llevar por lo que encuentra en el camino. Esta vez, la calle tenía una historia que contar.

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