Muerejoven y el ritmo feroz de ‘La Vida Real’

Desde Buenos Aires, Muerejoven se ha convertido en una figura que desafía las reglas del rap argentino. Detrás de este nombre está Nicolás Exequiel de Lorenzo, un artista que entiende la música como un espacio para explorar y cuestionar. Miembro de la RIPGANG y responsable de éxitos como “Fredo” y “A$AP”, su obra se caracteriza por la crudeza y una autenticidad que conecta. Con La Vida Real, su segundo álbum, amplía su visión, entregando un trabajo cargado de energía y reflexiones que exponen las luces y sombras de su experiencia.

El disco abre con una serie de mensajes de voz que ponen en escena las expectativas y presiones de su entorno. Este recurso no solo presenta el contexto, sino que instala de inmediato el tono personal y directo que define al álbum. Canciones como “Argentinos de cartón”, junto a Ronpe 99, desnudan una postura crítica frente a la escena musical, mientras los beats de Evar y su equipo refuerzan la tensión que sostiene cada barra.

Cada pieza dentro de La Vida Real encarna momentos distintos de su recorrido. En “Faso”, se respira una despreocupación que contrasta con la intensidad de “Presidentes muertos”. En “Adicto”, acompañado por Dillom, explora las obsesiones que atraviesan su día a día, mientras que en “Mala”, junto a Taichu, se adentra en las contradicciones de los vínculos humanos. Hay una dinámica constante entre la celebración y el exceso, el peso y la evasión, que mantiene al oyente en un estado de expectativa.

El idioma que usa Muerejoven juega un papel crucial. Cada verso está impregnado de giros propios del habla cotidiana, acercando las historias a quienes las escuchan. En lugar de caer en figuras rebuscadas, su narrativa se siente inmediata y cercana, como si las palabras fluyeran de una conversación sin filtro. Esa franqueza le otorga al álbum un carácter especial, donde cada canción parece construida desde la necesidad de ser escuchada.

Hacia el cierre, La Vida Real baja las revoluciones sin perder intensidad emocional. En el track homónimo, Muerejoven comparte líneas dedicadas a su familia, dejando entrever un costado vulnerable que atraviesa las historias del disco. No hay intención de cerrar con una lección o de amarrar los cabos sueltos, solo una despedida honesta, abierta, como quien deja en el aire un fragmento de su verdad.